Hoy os reseño mi última lectura, “El guardián entre el centeno”, de J. D. Salinger. Últimamente me he dado cuenta de que mis entradas en el blog se están reduciendo a reseñas de lecturas, pero es que ando un poco atareado terminando mi última novela. Me disculpo, espero que comprendáis que el manuscrito me absorbe y apenas me deja tiempo para otra cosa.
La novela que acabo de terminar de leer es todo un clásico que tenía pendiente en mi lista de lectura. Es la típica obra que todos hemos oído nombrar, pero de la que no sabemos mucho. Por eso decidí leerla sin buscar información adicional sobre ella. Me ha sorprendido el tema que trata y la forma en que lo hace. La descripción del hastío de un adolescente por la vida que le ha tocado vivir, hecha en primera persona, es todo un desafío para un escritor. Al no contar con un narrador omnisciente, el autor tiene que meterse en el pellejo de su protagonista y describir las situaciones tal y como él lo haría. Este adolescente es un joven rebelde al que no le va bien en los estudios, por lo que el problema se agrava. El autor salva el escollo dejando claro desde el principio que el joven es bueno en redacción, que lee mucho y que la única asignatura que aprueba es Literatura. Así, se puede permitir un estilo algo alejado del que usaría un adolescente al que no paran de echar de los colegios.
La temática es buena y no ha dejado de ser actual. El muchacho protagonista vive en una constante crisis existencial, en la que cuestiona todo su mundo y no encuentra gusto por nada. El desinterés, la apatía, la desilusión… se convierten en sus señas de identidad. Se plantea en varias ocasiones retirarse de la vida en la ciudad, irse a una casa en el campo y buscar un trabajo sencillo, algo que parece que sus padres no aceptarían nunca. En este aspecto, curiosamente, he encontrado un punto de conexión importante con una película que he visto hace poco. Se trata de “Into the wild”, que narra cómo un joven hastiado del mundo académico y de los convencionalismos se escapa de casa con el objetivo de vivir por sus propios medios en plena naturaleza. Ambas obras tienen a un protagonista similar, un prototipo de joven que se repite en todas las sociedades y en todos los momentos.
El desarrollo de la historia está bien trabajado. El autor te lleva de la mano por el camino, haciendo que en algunos momentos intuyas un cambio inesperado y terrible, que no siempre llega.
En definitiva, un clásico que se merece la etiqueta por el desafío bien resuelto, por el estilo y por la temática que trata, con una empatía hacia el protagonista que creo debe tener algo de autobiográfico.
Recomendada…
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