jueves, 27 de noviembre de 2014

PASIÓN EN LA TORMENTA...

En "40 días de fuego" hay espacio para el amor, espacio para la pasión...


...Kamal apareció en el patio pasada más de una hora. Tenía la mirada triste y su ropa estaba salpicada de rojo. Tenía su espada en la mano derecha y en la izquierda, a modo de trofeo, llevaba la cabeza de un normando sujeta por una coleta de pelo platino. Se detuvo a la entrada y arrojó la cabeza al suelo. Jamás contó lo que había ocurrido ni cómo había conseguido aquella cabeza, pero los demás intuyeron que sería otro de los berserkers que rondaban la ciudad. Agitó su arma para que se desprendiera de la sangre y la guardó en su funda.


Ayana corrió hacia él llorando de alivio. Le agarró la mano y tiró de él. Kamal se dejó llevar hasta uno de los almacenes, al abrigo de las miradas de los demás. La sudanesa le palpó el pecho en busca de alguna herida pero constató que la sangre no era suya. Le desabrochó el peto de cuero y luego le abrió la túnica azul, dejando al aire su pecho fibroso y cubierto de vello. Él no opuso resistencia, permanecía en silencio con la respiración agitada y una mirada profunda, derrotada, entregada. Ayana apoyó la mejilla en la piel de su torso y cerró los ojos, entonando una oración de agradecimiento. Bajó la cabeza hasta su ombligo, dejando un reguero de besos que erizaron la piel del soldado. Luego le quitó el cinturón y terminó de abrir la túnica. El pene erecto se movió levemente al roce de la tela, el deseo lo había dominado por completo y no tenía fuerzas para enfrentarse a él. La mujer se levantó el vestido y le mostró su sexo, cubierto por una mata de pelo rizado. Kamal fue hacia ella, la cogió por las nalgas y la levantó con las piernas abiertas, rodeando su cadera. Ella respiraba de forma entrecortada y moría de excitación. Él la deslizó por su pecho hasta que ambos sexos se tocaron. Ella estaba húmeda y él la penetró con facilidad. Kamal sintió cómo el calor de Ayana envolvía su miembro y el placer fue en aumento. Ella se impulsó sobre los brazos fuertes de él y se movió hacia arriba y hacia abajo, a la vez que se abrazaba a su cuello y lo besaba con suavidad. 


—No pares de hacérmelo nunca —fue lo único que Ayana le susurró al oído, pero bastó para que él se derramara dentro de ella. El deseo había estado contenido demasiado tiempo...

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domingo, 23 de noviembre de 2014

FRAGMENTO (PREVIO A LA INVASIÓN)

...Sentado sobre una piedra observaba cómo el rebaño lo rodeaba para comerse el pasto de aquella ladera del monte. Dos ovejas se alejaron del grupo y tuvo que silbar a su perro para que acudiera a por ellas. Con el callado apartó a una cabra que le mordía las sandalias de esparto. Recompuso las hebras que se habían soltado y resopló fuertemente. Estaba cansado de aquella vida, de malgastar sus días en el monte, en soledad, con la única compañía de aquellos apestosos animales. En las largas horas de pastoreo soñaba con las aventuras a las que tuvo que hacer frente su antepasado cuando cruzó el estrecho y abandonó su tierra natal para probar fortuna en al-Andalus. Su madre le había metido todas esas historias en la cabeza y había sembrado en su corazón el anhelo de otra vida. 

El wadi al-kabir serpenteaba a lo lejos y en su ribera se adivinaba el contorno de Sevilla. El muchacho detuvo la vista en la ciudad, señaló en aquella dirección y entornó los ojos. Con la otra mano apretó el cayado hasta clavarse uno de sus nudos en la palma. No sintió dolor, tan sólo sintió odio, y ese sentimiento era más fuerte que cualquier otro que pudiera albergar en aquel instante. El anhelo de aventura no era lo único que su madre había sembrado en su interior, también había hecho crecer el rencor y la ira en el alma de aquel muchacho de apenas veinte años. 

—¡Alí ben Alí el rifeño! —oyó los gritos de la mujer—. ¿No te das cuenta de que se te escapan las ovejas? Y ese perro que dices que es tan listo... ¡vale más para carroña que para pastor! 

El muchacho despertó de su fantasía y silbó de nuevo al perro, que dormitaba ajeno a la huida de los animales. La mujer se acercó a él resoplando, moviendo las anchas caderas con dificultad por la aspereza del terreno. Cuando estuvo a su lado le entregó un hatillo con comida. 

—Cada vez te vas más lejos, hijo. ¡Construimos la casa ahí abajo porque había agua y buen pasto! 

—Ya, madre, pero me gustan las vistas que hay desde aquí. 

La mujerona se sentó junto a él y sonrió. 

—Entiendo, miras nuestra casa —Alí asintió y volvió a señalar y a entornar los ojos—. Algún día será nuestra de nuevo y volverán los días felices —sentenció la mujer. 

—Padre murió y no volverá. 

—Es verdad, pero tú verás a tus hijos crecer en la casa de las rosas. 

Alí miró a su madre con gesto grave. La mujer sonreía, como si aquellas frases las soltara ya sin convicción. 

—Lo haré, madre, y tú lo verás. Entonces padre no habrá muerto en vano. 

Alí el rifeño, el padre de Alí, se suicidó varios meses atrás. Llevó el rebaño a un pequeño acantilado y se lanzó sobre las piedras para acabar con su vida. La idea de suicidarse se le había instalado en la cabeza como resultado de un estado de melancolía y tristeza que lo dominó durante años, pero su esposa insistía en que la razón verdadera de la tragedia era la impotencia que sentía ante la injusticia a la que se había visto sometida su familia....

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jueves, 20 de noviembre de 2014

UN PEQUEÑO FRAGMENTO DE "40 DÍAS DE FUEGO"

La dulce voz del único muecín que quedó en la ciudad se escuchó en la quietud del amanecer e invadió las calles desiertas con su tono aterciopelado. En la ribera del río los hombres rezaron nerviosos, dándose prisa para poder seguir practicando con los arcos. Los guardias habían improvisado dianas y los ciudadanos, convertidos de manera fortuita en guerreros, tiraban bajo la dirección de los más expertos. Habían conseguido reunir a más de trescientos ciudadanos que, con los cien guardias, formaban un grupo más o menos organizado. Se apostaron frente al embarcadero de madera, por donde estimaron que entrarían los invasores. 

Salió el sol y todos miraron río abajo con ansiedad. No llegaban noticias y un atisbo de esperanza se instaló en sus corazones. Tal vez los piratas renunciaban a atacar una ciudad grande. La ilusión se vino abajo enseguida, cuando un jinete irrumpió en la explanada gritando. 

—¡Vienen!, ¡ya vienen! 

Con teas encendidas, dos soldados prendieron las pequeñas hogueras que había repartidas por el suelo para incendiar las flechas. Muhammad, los dos yundíes y Shafi recorrían las filas para insuflar ánimo. Muchos temblaban ante la inminencia de su primera experiencia en batalla. Cada uno tenía sus propios motivos para haberse quedado, la mayoría lo había hecho para defender sus negocios o sus casas y ya comenzaban a estar arrepentidos. Kamal, impertérrito, permanecía quieto en su puesto junto a los hermanos eslavos con los que solía entrenar en los cuarteles. Cuando asomaron las primeras cabezas de dragón sobre el perfil del agua cundió el pánico entre los sevillanos. Quemaron las puntas de las flechas y aguardaron a que estuvieran a una buena distancia. Observaron los remos moviéndose acompasados y pudieron ver a los hombres que, de pie con sus armas en la mano, les devolvían la mirada desde las naves. Un barco se acercó a la orilla del río y avanzó hasta colocarse frente a los defensores de la ciudad. Shafi no había dado todavía la orden de atacar, pero al menos quince flechas surcaron el cielo dejando tras de sí un reguero de humo. La mayoría cayó en la ribera, tres en el agua y sólo dos chocaron contra el armazón de madera, sin clavarse en él. Muhammad negó con la cabeza y suspiró. No había nada que hacer...

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miércoles, 19 de noviembre de 2014

ESTADOS DE ÁNIMO I: ESCRIBIR PARA TRASCENDER...

Ya he comentado en otras ocasiones que el acto de escribir es compulsivo. Es algo que no podemos dejar de hacer. Escribir es la necesidad de vaciarnos cuando las emociones nos colman y parecen rebosar. 

Dejamos constancia, aunque sea de forma velada, de aquello que nos inquieta, que nos motiva, que nos atormenta... de manera que escribiendo recibimos la terapia más eficaz y barata que existe, una terapia de grupo con cientos de personas compartiendo tus inquietudes. 

Pero creo que en ese acto, como en cualquier forma de arte, también hay una necesidad de trascender, de plantar nuestro árbol para decirle al mundo que estamos aquí, o que estuvimos, cuando ya no nos vean. 

Unos pintan, otros componen música, otros tienen blogs o cuentas en redes sociales con miles de seguidores... todos buscamos lo mismo: TRASCENDER, traspasar la barrera de nuestro YO para abrirnos al resto del mundo, dejar una huella que tarde décadas, o incluso siglos, en borrarse. 

Las necesidades son el mejor acicate, nos animan a levantarnos cuando caemos y nos empujan a mejorar siempre, independientemente de nuestro punto de partida. Sin embargo, también tienen su sombra. Las necesidades nos pueden hacer precipitarnos, olvidarnos del proceso como fin en sí mismo. 
Un artista tiene que cultivar la soledad y la paciencia antes de abrirse al mundo para pisar fuerte y dejar esa ansiada huella que perdure...

viernes, 14 de noviembre de 2014

III JORNADAS DE NOVELA HISTÓRICA DE GRANADA

El pasado fin de semana han tenido lugar las III Jornadas de Novela Histórica de Granada. La experiencia ha sido fantástica en todos los aspectos. Las charlas han sido muy interesantes y el debate con el público muy animado. Autores, profesores de la UGR, asistentes y miembros del grupo organizador del evento, entre los que me encuentro, hemos podido disfrutar con cada acto. 
El sábado por la mañana Blas Malo, director de las jornadas, organizó una ruta histórica por Granada, ambientada en los escenarios de su novela "El esclavo de la al-Hamrá". El domingo por la mañana Carolina Molina y yo (coordinadores de las jornadas) guiamos una ruta por el entorno de la medina nazarí de Granada. 
La temática central de estas jornadas ha sido la relación entre la didáctica y la novela histórica. Entre ambas se establece un proceso de retroalimentación, ya que por una parte el autor se nutre de los estudios de los profesores e investigadores, y por otra ofrece su producto a los mismos como herramienta didáctica. 

Aquí tenéis algunas fotos a modo de resumen.









domingo, 9 de noviembre de 2014

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