Cada vez hay más personas con inquietudes que buscan en el arte una forma de darles cauce. Resulta admirable constatar cómo miles de personas que tienen las herramientas adecuadas a su alcance se lanzan a componer, escribir o pintar, creando obras que salen de sus almas inquietas.
Pero también hay personas para las que el arte es algo más, personas que entienden el acto de crear como una compulsión, algo que no pueden dejar de hacer, que da sentido a sus vidas. Para ellas, entre las que me incluyo, el verdadero sueño es poderse dedicar en exclusiva al arte, vivir de aquello que crean.
Seamos realistas, ese sueño, hoy más que nunca, es muy complicado de materializar. La competencia, el exceso de oferta, la crisis, las descargas ilegales, los escasos medios, la transformación del mercado... todo esto confabula para ponernos delante una escalera con peldaños cada vez más altos.
Tal vez la escalera sólo sea un filtro, algo que sirva para reducir la oferta y mantener a los creadores que verdaderamente creen en sus sueños y están dispuestos a saltar esos altos escalones, uno a uno...
Prefiero pensarlo así pero, de una u otra forma, lo que tengo claro es que, con o sin éxito, con o sin dinero, nunca podré dejar de hacer aquello que me llena tanto... ESCRIBIR.
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