Para escribir novela histórica es imprescindible practicar lo que llamo "empatía histórica": intentar meterse en el alma de los personajes, teniendo en cuenta sus circunstancias.

Siempre que escribo una novela hago el esfuerzo de empatizar con esas personas que vivieron en nuestro pasado. Para esta tarea cuento con lo aprendido en mi formación como sociólogo en la facultad.
Escribir novela histórica no es describir sucesos, es articular a todos los niveles una historia en un momento concreto del pasado.
Extrapolar personajes actuales al pasado es, además de falso, insulso. La novela histórica tiene una función didáctica que debe abarcar también a la forma de vida, a las creencias, costumbres, conductas habituales...
Insisto, escribir no es describir. Escribir es algo parecido a interpretar, porque para hacerlo bien te tienes que saber meter en el pellejo de tu personaje...
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