miércoles, 24 de abril de 2013

EL ZAGAL, SULTÁN DE GRANADA

Cuando pensamos en la guerra de Granada nos vienen a la memoria dos grandes sultanes: Muley Hassan y su hijo Boabdil, pero olvidamos a una figura muy importante que desempeñó un gran papel en el curso de los acontecimientos. Se trata de Muhammad ibn S'ad, más conocido como el Zagal. Era hermano de Muley Hassan y, por tanto, tío de Boabdil. Su apodo, Zagal, significa valiente, y se lo ganó en la batalla de la Axarquía, donde asestó un tremendo golpe al orgullo de los castellanos en una sonada victoria en las abruptas tierras de la comarca malagueña. Cuando comenzó a cobrar verdadero protagonismo era walí de Málaga (una especie de gobernador provincial). Era el año 1485 y Boabdil había sido hecho preso por el conde de Cabra en una expedición del granadino por tierras cordobesas, varios años antes. El rey chico se sometió a los reyes de Castilla y permaneció en sus tierras durante un tiempo. Muley Hassan recuperó el trono granadino, pero la campaña castellana contra las tierras occidentales de Málaga (con la caída de Ronda y Marbella como acontecimientos destacados) debilitó su gobierno y provocó revueltas que culminaron con su derrocamiento y el alzamiento de su hermano, el Zagal, como sultán. Poco después murió Muley Hassan. El nuevo soberano se estrenó en el trono con dos grandes victorias, una contra una expedición salida de Alhama para saquear las tierras de Granada y otra contra un ejército liderado por el conde de Cabra que pretendía tomar la fortaleza de Moclín. Fernando e Isabel miraron con recelo estos acontecimientos y decidieron entrar en juego con su mejor carta: la liberación de Boabdil y su apoyo para que se enfrentara al Zagal. De esta manera sembraron la semilla de la discordia en un reino que comenzaba a estar pacificado internamente y que contaba con un líder fuerte. La consecuencia fue clara, luchas civiles que debilitaron a los granadinos durante años. Finalmente, tras diversos avatares que tal vez comente en otra entrada, Boabdil se impuso sobre su tío y dirigió el destino de los granadinos de la manera que todos conocemos.
La pregunta que lanzo al aire, para que la respondáis si os apetece, es: ¿qué habría pasado con el reino de Granada si el Zagal se hubiera mantenido como líder indiscutible?
Seguramente el reino habría caído también, pero seguro que no de la misma manera.
Por otra parte, de los hechos se puede extraer una conclusión a nivel sociológico. El pueblo de Granada era un pueblo con opinión que no se dejaba gobernar como un mero rebaño de ovejas. Juzgaban a sus sultanes y emitían veredictos que no tenían en cuenta la legitimidad del mandato. Si consideraban que sus gobernantes no eran dignos de su confianza se levantaban contra ellos y los sustituían por otros. Hechos como los que se narran en esta entrada ocurrieron en multitud de ocasiones en la historia del reino, varios siglos antes de que en el resto del mundo occidental comenzaran muchos pueblos a alzarse contra sus gobernantes.

(La historia que aquí se narra sirve de ambientación política a "El escudo de Granada").

domingo, 21 de abril de 2013

FEEDBACK

Pasados cuatro meses desde la publicación de mi primera novela, quiero dedicar unas palabras a los que la habéis leído, la estáis leyendo o pensáis leerla. El escritor nunca cesa en su trabajo, constantemente evoluciona, aprende, lee y escribe. Su objetivo es llegar a los lectores pero, a la vez, establecer un feedback que le permita retroalimentarse. Se trata de conocer impresiones, saber si lo que ha escrito gusta, sus puntos fuertes y débiles...
Para este proceso cuento con vosotros y pongo a vuestra disposición este foro para que, por correo, mediante comentarios o como consideréis oportuno me hagáis llegar vuestras opiniones. ¡Os animo a participar en el proceso creativo!
Por otra parte, siento la necesidad de aprovechar esta entrada para lanzar un mensaje de gratitud dirigido a todos los que, de una u otra forma, estáis participando en este proyecto. Gracias a mi entorno (familia, amigos, compañeros...) porque se han implicado con ilusión. Gracias a los magníficos presentadores con los que he contado y voy a contar en Málaga y Granada. Gracias a todos los que habéis acudido a las presentaciones y me habéis arropado con vuestro aliento. Gracias a la editorial por confiar en mí. Por último, gracias a los lectores, conocidos y anónimos, porque han llenado de vida mis palabras...

miércoles, 10 de abril de 2013

¿UN CAFÉ O UN LIBRO?

Creo que, aunque estemos en plena crisis, podemos permitirnos ambos. La generalización de tablets y de lectores de libros electrónicos han abaratado los costes de adquisición de literatura, aunque también hay que decir que hay autores o editoriales que se aferran a las alturas y se niegan a asumir una realidad. En mi caso y en el de la editorial que me publica, somos conscientes de que se ha abierto un nuevo mercado a través del cual poder llegar a muchas personas. Creemos que un precio razonable es más una oportunidad que una losa, y por eso decidimos hace unos días bajar el precio de la novela en formato ebook en AMAZON (en papel, por tener unos costes inamovibles de material, distribución, librería... no es posible esta rebaja).
Después de comer, sentado o sentada tranquilamente en tu sofá mientras reposas la comida, te puedes plantear salir a tomar un café o comprar mi novela en Amazon. Si decides comprar el libro te ahorrarás unos céntimos, porque el café no baja de 1,20 euros, mientras que "El escudo de Granada" está a la venta en ebook por 0,92.
Escribir sólo tiene una finalidad: ser leído. Por eso os animo a comprarla y leerla, a compartir la información, a opinar sobre ella, a comentarme lo que os ha parecido... y, en definitiva, a darle sentido a las tardes que paso delante del portátil, rodeado de libros.
Os quiero lectores.

domingo, 7 de abril de 2013

MUCHAS CULTURAS, UN SÓLO PUEBLO.

Fenicios, romanos, godos, árabes, bereberes y otras cuantas culturas más visitaron nuestras tierras y decidieron fundar colonias o incluso conquistar el territorio y anexionarlo a sus imperios. La península siempre fue un lugar codiciado por su clima, por su localización estratégica y por la fertilidad y exuberancia de sus tierras. Cuando hacemos un repaso de nuestra historia pensamos en la España romana, o en la España musulmana,... colocando una etiqueta que parece identificarnos, pero lo único que nos identifica como pueblo es la supervivencia, la simbiosis y la adaptación. Bajo mandato de romanos, godos o árabes siempre seguimos siendo el mismo pueblo y supimos integrar sus culturas en la nuestra, quedándonos con lo que, a efectos prácticos, más nos servía (teatros, baños, poesía, ciencia,...).
Así, el ser español se identifica con una apertura y una mentalidad práctica que nos lleva a importar culturalmente aquello que creemos que nos beneficia y a rechazar categóricamente lo que nos contamina. "No por el hecho de venir de fuera rechazamos lo que nos llega", se convierte en una actitud que nos ha enriquecido a lo largo de los siglos.
El pueblo español lleva existiendo milenios con unas características muy peculiares que, desde mi punto de vista, han sido una constante. Estos imperios o culturas que menciono como invasoras no representaron más que una minoría que se asentó como élite dirigente. El pueblo llano siguió siendo siempre el mismo. En la época concreta que llevo años estudiando para mis novelas, se ve claramente que los árabes se constituyen como minoría desde un principio. Paulatinamente hay conversiones al Islam por parte de los españoles cristianos visigodos, que ven que obtienen una serie de ventajas con ello (no discriminación, menos impuestos, religión que consiente más en los placeres terrenales,...). Estas conversiones se hacían normalmente bajo una relación de clientela con una familia árabe, lo que suponía en muchos casos la integración total de la familia muladí en la familia árabe de acogida. Así, el número de árabes creció cuando en realidad la sangre seguía siendo la de los visigodos, que a su vez venía de los romanos, que no eran más que íberos integrados en el imperio romano.
Por tanto, a modo de conclusión, se puede afirmar que tras muchas mutaciones adaptativas seguimos siendo el mismo pueblo, un pueblo abierto, práctico, consciente de su realidad, que sólo aspira a vivir mejor día a día.